lunes, 29 de agosto de 2016

El lector de Julio Verne

Palabra de lector 29

El segundo tomo de Episodios de una guerra interminable, titulado El lector de Julio Verne, de Almudena Grandes, no es ya ninguna sorpresa.
Escrito con la maestría que ya caracteriza a esta escritora, al menos de las obras que le hemos leído, nos remonta a la España franquista, fascista y de cómo era el mundo en la vida rural después de la derrota de la Segunda República.
Ubicada en la misma región de la trama de la primer novela de esta serie, Inés y la alegría, y en la década de los 40, nos sorprende con la historia vista desde el otro lado, del lado de la Guardia Civil, en la que las cosas no suceden como podríamos pensar, ni siempre son lo que parecen.
La historia es contada desde la perspectiva de un niño de nueve años, Antonino o Nino como le dicen los habitantes de su pueblo, quien es hijo de un guardia civil y que vive, como parte de su cotidiano, el terror de la vida en un estado de guerra permanente, en donde a sólo unos pasos, con delgadas paredes de separación, es posible escuchar e imaginar los horrores que la tortura fascista ejerce sobre todo aquel que es sospechoso de ser “rojo” o simpatiza con aquellos hombres que han preferido abandonarlo todo para subirse al monte y, desde ahí, hacerle una guerra de desgaste a los representantes del fascismo español.
Por ahí, en las márgenes de lo urbano y el monte, se encuentra Pepe el Portugués, un forastero misterioso, fascinante, aparentemente chivato del status quo que convierte a Nino en su mejor amigo y confidente, y con quien pasa muchas tardes a la orilla del río, pescando cangrejos.
Lo que sí es claro para nuestro héroe es que nunca será guardia civil, aunque su padre se esfuerce y se angustie por garantizarle un puesto en esa estructura, aunque sea como oficinista. De ahí que comience a recibir clases de mecanografía en el cortijo de las “Rubias”, un grupo de mujeres solas, viudas y huérfanas que resisten en la frontera entre el monte y el llano, y de las que se sospecha que son “rojas”.
Es ahí donde Nino descubre que hay lecturas más allá de los comics de vaqueros que suele leer en el cuartel de la guardia civil, donde además se encuentra su casa.
Así este niño descubre un mundo distinto, maravilloso, a través de las novelas de aventuras del más famoso autor francés del genero de la ciencia ficción: Julio Verne, y ello lo convertirá en otra persona.
Es en este tiempo, de crecimiento, descubrimientos y nuevas experiencias, que Nino descubrirá lo que significa un beso, que hay una guerra que se libra a su alrededor, que  los enemigos de su padre no son los suyos y que guerrilleros como Cencerro, son inmortales.
Es pues, una enorme novela. Una visión distinta sobre lo que vivió el pueblo español durante ese periodo de terror. Sea pues de su agrado la lectura y esperamos que no deje pasar por alto los numerosos  guiños que hace la autora a la historia anterior, la de Inés y la alegría.
Que la disfruten.

Grandes, Almudena, El lector de Julio Verne, Tusquets, México, 417 pp., 2012. Episodios de una guerra interminable, volumen 2, Colección Andanzas, número 730-2.