martes, 20 de febrero de 2018

Cómo sobrevivir ¿una nueva revolución industrial?

Palabra de lector 51
En el entorno de las políticas neoliberales pensadas y dictadas cada año desde la reunión de Davos, Suiza, llamada Foro Económico Mundial, la tecnología posee ya un papel preponderante en la fórmula para resolver los problemas económicos de la humanidad.
Ahora, con la llamada cuarta revolución tecnológica, que no es lo mismo que la cuarta revolución industrial, diferentes actores llaman la atención sobre lo que nos depara el futuro de manos de las computadoras y sus tecnologías herederas.
Para nadie es un secreto que las tecnologías cambian la manera no sólo de cómo trabajamos, nos relacionamos y generamos riqueza, sino que está alterando nuestras formas de creación, percepción y de vida, en muchos de los casos, de manera negativa.
La velocidad, amplitud y profundidad de estos cambios parecen cada día estar fuera de nuestras manos y control. De ahí la preocupación general, principalmente en los países desarrollados y detentadores de la tecnología, de encontrar una forma de llevar esta carrera a buen término (para ellos).
En el libro La cuarta revolución industrial, de Klaus Schwab, fundador y director del Foro de Davos, se intenta revelar precisamente este fenómeno. Pero la obra es decepcionante. El autor se dedica a explicar lo que ya es sabido y pretende plantear posibles escenarios futuros inmediatos y mediatos, sin llegar a ningún punto.
A lo largo del libro es claro que tienen una idea más o menos clara de lo que pasará en los entornos de los generadores y poseedores de la tecnología, incluso llama la atención sobre los peligros que podrían correrse en esos contextos, pero no plantea ninguna crítica o posible solución, dando a entender que la solución no es evidente.
Lo grave se presenta cuando enfoca y aborda la misma problemática en los países dependientes, digamos, como el nuestro. Ahí sí, la puerca tuerce el rabo. No tiene ni la más mínima idea de cómo está afectando la tecnología a estos países, qué costo tiene para sus habitantes y, mucho menos, cuál es el futuro que nos espera.
Si bien el texto tiene algunos momentos, en general es una pasada muy superficial sobre la problemática que plantea la tecnología en la actualidad, y el uso y abuso que puede tener en el futuro.
Tal vez sea un libro enfocado a lectores que ignoran en gran medida el mundo de las tecnologías, pero aun así queda en deuda con los posibles leedores, más cuando hay un manejo indiscriminado y confuso de lo que son las revoluciones industriales y las revoluciones tecnológicas.
En fin, nos parece un libro superficial que no da respuestas, que no propone nada y que deja, en manos de la providencia, la responsabilidad que tenemos con la humanidad frente al impacto devastador de la tecnología.
Terminemos pues con un pequeño párrafo, de lo poco interesante de este texto: “La cuarta revolución industrial tiene la capacidad de robotizar a la humanidad y poner en peligro nuestras fuentes tradicionales de sentido: el trabajo, la comunidad, la familia y la identidad. O podemos utilizar la cuarta revolución industrial para elevar la humanidad a una nueva conciencia colectiva y moral basada en un sentimiento de destino compartido. Nos incumbe a todos asegurarnos de que esto último sea lo que suceda.”
Sí, pero ¿cómo?
Schwab, Klaus, La cuarta revolución industrial, Penguin Random House, Grupo Editorial, México, 217 pp., 2017. Colección debate.