martes, 5 de septiembre de 2017

Las estrellas son la Estigia

Palabra de lector 47

 En un principio pensamos en no escribir sobre este libro. Primero, porque era una relectura, y segundo, porque se trata de una editorial que, desgraciadamente, ya no existe, pues fue absorbida por Editorial Planeta.
Sin embargo, en la medida que fuimos avanzando en la lectura de los 10 cuentos que conforman el volumen y la importancia de su autor en el mundo de la ciencia ficción, comprendimos que era un absurdo no hablar de "Las estrellas son la Estigia", de Theodore Sturgeon (1918-1985).
Es muy probable que usted no lo recuerde o no lo conozca, pero tuvo una enorme influencia en escritores como Ray Bradbury y Harlan Ellison. También es autor de la famosa novela "Más que humano", y además fue autor de varios episodios de "Star Trek", en su primera versión.
Otra característica de Sturgeon es que se le daban bastante bien los relatos cortos y tenía una prosa inigualable, a tal grado que algunos la denominaban prosa poética.
Finalmente, es un escritor que se enfocaba en la problemática del hombre como tal, como ser social, como ser emocional e incluso como ser histórico. Esto resulta de singular importancia, ya que mucha de su obra está al margen de la ciencia ficción épica que, durante los últimos 30 años, ha dominado y predominado en la escena tanto de la literatura como del cine de este género.
Por ello es entendible que los 10 cuentos que conforman el volumen al que hacemos referencia estén, todos ellos, centrados en las personas, en su profunda humanidad.
Aquí no hay armas fantásticas, batallas épicas o conquistas de otros mundos. No, los relatos nos hablan de la visión del mundo de los personajes, de sus sentimientos y sus acciones.
Cada uno de ellos nos sorprende, nos transporta a temas que parten de una situación simple, cotidiana, y nos lleva a resultados sorprendentes, en giros que pueden dejarnos anonadados, como es el caso del cuento "Deslumbrados", donde el final es de una sorpresa tal, como aquel golpe que le propinara Juan Manuel Marques al Manny Paquiao en su última pelea. Y es que el diablo…
O ese otro que le da nombre al libro que bien podría convertirse en una historia de novela negra, y por qué no, "El otro hombre", que aborda el tratamiento de la esquizofrenia.
En fin, las diez historias, "La historia de Tandy", "La regla de tres", "La educación de Drusillia Strange", "Granny no quiso coser", "Cuando sonries", "El Claustrófobo" y "El escalpelo de Occam", además de los otros ya nombrados, podrían definirse como verdaderas obras maestras del género.
No queremos ser imprudentes y proporcionar claves que develen algunas de las tramas o los finales de los relatos y arruinarles la aventura, pero estamos seguros que, una vez que inicien la lectura de este libro, quedarán atrapados en la prosa de uno de los más grandes escritores de la edad de oro de la ciencia ficción.
Que se diviertan.

Sturgeon, Theodore, Las estrellas son la Estigia, Ediciones Martinez Roca, México, 328 pp., 1991. Traducción de Lorenzo Díaz. Colección: Gran super ficción.

domingo, 3 de septiembre de 2017

El Almirante de la mar Océano

palabra de lector 46

Quizá no exista un título más romántico que el que recibiera Cristóbal Colón de parte de los reyes católicos: Almirante de la Mar Océano. Y es seguro que tanto los otorgantes como el receptor, nunca imaginaron la magnitud de tal privilegio, sino hasta muy tarde.
Éste es uno de los tantos pasajes que conformaron la vida de uno de los personajes más emblemático de la historia humana.
Ahora que llega octubre y que no faltarán los “expertos” que dirán superficialidades, lugares comunes y tontería y media en torno a la vida y aportación del genovés, sería bueno que le echaran una revisada al libro que hoy nos ocupa: El Almirante de la Mar Océano, vida de Cristóbal Colón, de Samuel Eliot Morison, editado por el FCE.
Hablemos un poco del autor, quien realizó dos proezas alrededor del texto que nos ocupa. La primera de ellas tiene que ver con el exhaustivo y muy completo estudio realizado para la elaboración del libro. Aunque hay que mencionar que deja mucho del peso de sus dichos en dos fuentes solamente: los escritos de Fernando Colón, hijo del Almirante y autor de La historia del Almirante, y de Fray Bartolomé de las Casas. Ambos, al parecer, tuvieron acceso de primera mano a los textos originales del almirante, principalmente al Diario de a bordo, del primer viaje y que “misteriosamente” desapareciera, para tranquilidad de Fernando II de Aragón, a quien no le caía muy bien el marinero ese.
La segunda proeza tiene que ver con el autor mismo. Morison, además de historiador, era un marinero experto y decide a la par de realizar su investigación, recorrer uno a uno los itinerarios del navegante genovés tratando de identificar y ubicar cada punto que Colon descubriera y bautizara durante sus cuatro viajes. No conforme con ello, estos periplos los realiza en naves de vela, tratando de reproducir, en la medida de lo posible, las mismas condiciones que sufriera el Almirante de la mar Océano.
De alguna manera, este capricho antropológico marca definitivamente la estructura de la obra, ya que el autor dedica una buena parte a instruirnos sobre el mundo de la marina, los viajes, los vientos y las orientaciones a tomar en cuenta durante una travesía.
De hecho, pareciera que por dedicarle más tiempo a estos datos, a veces deja de lado temas que podrían ser de mayor interés, al menos para el lector común.
Otra cuestión es la obsesiva admiración, sin reservas, que el autor tiene por su personaje, ya que le justifica todas las ideas y decisiones al descubridor de América, aunque eso no demerita de ninguna forma la obra ofrecida.
Hay que tomar en cuenta que este libro fue escrito a finales de los años treinta del siglo XX y que, sin embargo, aclara muchas de las dudas y controversias que han acompañado a la vida y tragedia del navegante genovés.
Pese al gran tamaño del texto, la obra está escrita de una manera amena y elegante, no exenta de pinceladas de humor, que harán las delicias a quienes se atrevan a explorar y navegar por el texto.
Así tenemos la oportunidad de conocer más a fondo a ese Colón, obsesionado por las leyendas de oriente; un hombre necio que, en cada playa, en cada isla, península, hombre o selva, cree encontrar a pie juntillas las descripciones de Marco Polo para hallar a la vuelta de alguna roca las espléndidas riquezas del oriente o algún palacio del Gran Kan.
Antes de terminar, baste decir que el autor no hace oídos sordos a aquella teoría sobre un informante desconocido y moribundo que le da a Colón las claves secretas para aquella primera y épica travesía. Se basa, para ello, en Gonzalo Fernández de Oviedo, el primero en publicar las historias del Piloto Desconocido, en 1535, donde narra la aventura de esa nave "fantasma" que es llevada hacia el poniente para descubrir sin querer un mundo diferente.
Como colofón y como corresponde a una narración fantástica, la travesía dura entre cuatro y cinco meses en regresar. La tripulación muere en el camino, salvo tres o cuatro marineros y el piloto. Todos ellos llegan tan quebrantados que al poco tiempo mueren y es precisamente Cristóbal Colón quien acoge a este misterioso piloto y se entera de dicha maravilla, para que, a partir de ahí, comience a tejer esa historia que todo mundo conoce.
Por último, no se espante por el grosor del texto, la verdad vale la pena hincarle el diente.
Morison, Samuel Eliot, El Almirante de la Mar Océano, vida de Cristóbal Colón, 2da. edición, Fondo de Cultura Económica, México, 930 pp., 1993. Traducción de Luis A. Arocena. Colección: Sección de Obras de Historia.