martes, 28 de junio de 2016

Los sonámbulos

Foto: Aquiles Alexei Cantarell.
Palabra de lector 25

Quizá uno de los libros que más han impactado a este escribidor en su larga carrera como divulgador de la ciencia (35 años, en el business) ha sido el de Los sonámbulos, de Arthur Koestler.
Se trata de una historia de la cosmología, que arranca con los babilonios, pasa por la filosofía griega y concluye con la síntesis que realizara Newton de todo el conocimiento acumulado y disperso a lo largo de la historia.
Su característica principal, hasta ese momento, es que se trata de un pensamiento fundamentalmente especulativo, hasta el advenimiento de las matemáticas avanzadas (el cálculo) y la geometría moderna.
Abordado como un verdadero texto de divulgación y un ejemplo de cómo se debe hacer historia de la ciencia, el libro que hoy nos ocupa es una obra imprescindible para quienes están interesados en los temas astronómicos, la historia del conocimiento y la vida de personajes tan interesantes como Copérnico, Tico de Brahe, Kepler, Galileo y por supuesto Newton, entre otros gigantes que contribuyeron al avance del conocimiento científico en un periodo donde las reglas del juego eran dictadas desde las imponentes salas de la iglesia cristiana.
Esto no quiere decir que se haya obstaculizado el avance; ellos también traían su juego y contaban con sabios religiosos muy atentos y propositivos al avance del conocimiento.
Esto viene a colación porque el libro despeja y nulifica muchas de las leyendas urbanas creadas alrededor de los personajes. Dos ejemplos....
La iglesia nunca torturó ni obligó a Galileo a desdecirse de sus palabras, ni mucho menos expresó la frase “… y sin embargo se mueve”, misma que ha hecho las delicias, durante años, de quienes ven esta “confrontación” iglesia-ciencia, desde gayola.
Asimismo, la famosa manzana o la bala de cañón lanzada desde la torre de Pisa, son meros adornos fantásticos a la leyenda de estos personajes.
Aunque es cierto que estas anécdotas pintan de pies a cabeza las personalidades de estos actores de la historia e influyen en la forma de cómo abordaron los problemas científicos en su momento, desde la desconfianza natural de Copérnico hasta el gusto por la confrontación y la mecha corta de Galileo, o las desventuras de Kepler y su sufrimiento de estar a la sombra de Tico de Brahe.
El texto no sólo pasa revista a los hechos, amén de detenerse puntillosamente en los líos en los que se metió Galileo por su necedad y deseo de ser el número uno de su tiempo, sino que es una reflexión sobre el proceso de madurez del pensamiento científico hasta Newton.
El autor, además, demuestra un magistral manejo de sus fuentes y una fácil y accesible lectura, incluso en aquellos pasajes que podrían resultar incómodos a los lectores nóveles en estas lides de la divulgación científica. Es también una lección de cómo un periodista o historiador, puede encarar el reto de explicar un proceso del conocimiento de una manera entretenida.
Al autor, de origen húngaro pero nacionalizado inglés, se le reconoce por su admirable prosa y es autor de obras como El cero y el infinito, y Testamento español, además del que ahora nos hemos referido. De verdad, lo disfrutarán como enanos.

Koestler, Arthur, Los sonámbulos, Historia de la cambiante cosmovisión del hombre, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, México, 1981, 598 pp. Traducción de Alberto Luis Buxio.