Desde la adolescencia tuvimos una enorme debilidad por aquellos temas científicos que iban desde el comportamiento animal hasta el funcionamiento del universo. En cambio, el interés por el pasado de la humanidad fue impreso desde pequeño por nuestros padres y que derivaría en el ingreso a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), para estudiar la carrera de Historia. Por otro lado, el interés por la ciencia nos guiaría de muy extrañas maneras a convertirnos en divulgadores de la ciencia y la tecnología en el CONACyT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) y luego en la iniciativa privada.
¿Por qué de todo esto? Pues porque creemos que una vez que National Geographic y Discovery Channel cayeron en el juego del raiting, la ciencia y la tecnología se fugaron de lo que ellos entienden por divulgar el conocimiento, pecado que esperamos les pese en la conciencia.
Así, hoy somos testigos de una programación lamentable, llena de estupideces, de absurdos, superficialidades y de una falta de rigurosidad que raya en la oligofrenia. Tan sólo revise la programación de cualquier día y seguramente encontrará un 99% de basura y, si tiene suerte, el resto de temas que valen la pena.
Sin embargo, hace unas semanas, platicando con uno de nuestros mejores amigos, el doctor Alberto Soberanis, sobre un viaje al sureste que habíamos realizado, apuntó la existencia de un documental de Discovery Channel, titulado: Reina Roja, un misterio maya.La verdad es que no se nos antojaba nada, pero nada, echarle una mirada a ese material, pues ya habíamos tenido una pésima experiencia con otro video de National Geographic, llamado: El reino perdido maya, mismo que, hay que decir en su descargo, tenía unas excelentes tomas, pero lleno de estupideces y lugares comunes, digno producto de consumo para la mass media estadounidense.
Pero la curiosidad es canija y masoquista, así que conseguimos el video y enorme sorpresa nos llevamos al disfrutar un excelente trabajo de investigación, con la participación de connotados investigadores, entre los que destacan el gran epigrafista David Stuart (del cual estamos leyendo un trabajo denominado: Comentarios a las inscripciones del templo XIX de Palenque); Fanny López, quien descubriera la tumba de nuestro personaje; Vera Tiesler, de la Universidad de Yucatán, quien finalmente develaría la identidad de la enigmática reina roja y; un grupo de historiadores, paleontólogos y demás investigadores que le dan solidez a este trabajo visual.
¿Pero, quien es la reina roja? Pues la reina roja, llamada así porque al ser enterrada fue cubierta totalmente por cinabrio, un pigmento de color rojo, asociado al inframundo maya, y cuya importancia es casi tan grande como la de Pakal, señor de Palenque y que fue sepultado en el famoso Templo de las Inscripciones.
La riqueza de las ofrendas y los numerosos registros de esta mujer en las diferentes inscripciones en la ciudad, llevaron a los investigadores a plantearse la cuestión de quién podría ser esa poderosa mujer que aparece cerca del gran Pakal y sus descendientes.
Al principio se pensó que bien podría ser su madre (Sak K´uk, Señora Quetzal Blanco), incluso un antepasado común (Yohl ik´ Nal Chiik) y, por último, la esposa de este poderoso gobernante (Tzac Bu Ahau, Señora de la sucesión), sin embargo, los estudios genéticos realizados a los huesos han arrojado luz para poder afirmar categóricamente que se trata de la esposa de este poderoso señor y madre de dos reyes más. Cabe aclarar que esta afirmación no es definitiva pues si bien los restos de la reina roja indican que no existe ningún parentesco entre Pakal y ella, aún se tiene la esperanza de que puedan localizarse los restos de los dos señores posteriores a Pakal y herederos de ambos, con lo que podría confirmarse el parentesco entre todos ellos.
Esta es una historia fascinante que no le pide nada a otros descubrimientos alrededor del mundo, así que si quiere saber cómo se ha desarrollado esta Odisea científica, le recomendamos leer el libro: La reina Roja, el secreto de los mayas de Palenque, escrito por la colega Adriana Malvido, reportera del diario La Jornada y que hace una amena y emocionante reseña del descubrimiento y sus posteriores vicisitudes.
Adicionalmente, y aunque no está permitido entrar al templo, cuando vaya a Palenque, recuerde que la estructura que albergaba los restos de esta importantísima mujer están entre el impresionante Templo de las inscripciones (contenedor de la tumba de Pakal), y el templo de la calavera, llamado así por la calavera de estuco que aparece en la parte superior izquierda del mismo.
Reina roja, un misterio maya , Bettina Hattami, Discovery Networks Latin America Iberia, 2007, 90 minutos, DVD.
Malvido Adriana, La reina roja, el secreto de los mayas en Palenque, 2da. edición, Ramdom House Mondadori, México, 2006, 278 p.