jueves, 17 de agosto de 2017

El señor de los ladrones

Palabra de lector 45

Hermoso. Así, sencillamente. Y es lo único que puede decirse en cada una de las novelas de Corenelia Funke, una de las más importantes escritoras de fantasía no épica, quizás sólo detrás de la gran maestra Úrsula K. Le Guin.

Desde que nos deleitamos con la trilogía de Corazón de tinta, nos hemos convertido en fieles lectores de cada una de sus novelas, y hasta ahora nunca hemos sido defraudados.
De esta manera fue que nos sumergimos en la historia que hoy nos corresponde, El señor de los ladrones, una historia ubicada en Venecia y que trata sobre un grupo de niños que tienen tratos con un misterioso personaje que se hace llamar "el Señor de los ladrones", misterioso, enmascarado y un consumado ladrón.
Como suele suceder en todas sus historias, el mundo de los adultos se mezcla con la fantasía de los universos infantiles para que, de una u otra manera, se vea inmerso en ellos y sea parte del juego de la historia fantástica.
Así, los personajes de los adultos vienen a danzar alrededor de las vidas y aventuras de este grupo de pequeños que deben cumplir una misteriosa y peligrosa misión, robar un objeto infinitamente valioso pero que nadie sabe de qué se trata.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas, hay una desagradable mujer, un detective privado, un deshonesto comerciante y para complicarlo aún más, un misterioso Conde que oculta su personalidad y desea con toda el alma ese tesoro.
Como decíamos, la acción se desarrolla en una Venecia ajena a los turistas, llena de misterios y calles que resultan laberínticas para los despistados; está también la peligrosa y misteriosa laguna a la que varios de los personajes temen como a nada en el mundo.
El lector rápidamente se sumerge en la historia para terminar devorando el texto que no demerita, en ningún momento, la calidad y la promesa de la pluma de esta escritora.
Funke no requiere mediocrizar o ridiculizar a los seres de la fantasía tradicional, ni sacarse de la manga situaciones forzadas que le permitan alargar y alargar sus historias. Al contrario, una vez que comienzan, parecen deslizarse suavemente frente a los ojos del lector de una manera tersa y siempre inteligente, que lo mantiene al borde de la silla, para acabar devorando el libro en cuestión.
Hay muy poco que debamos decir sobre la historia, pues son muchos los secretos que se develan durante la trama y no sería justo para la autora y sus personajes decir más de La cuenta, so pena de incurrir en una grave falta que Escipión o Pro podrían reprocharnos. Baste saber que la recompensa es un sueño que todo adulto alguna vez ha acariciado y que algún que otro niño desea.
En fin, creo que hemos dicho demasiado. Mejor acomódese lo mejor posible, sírvase una copa de Oporto y dispóngase a vivir una hermosa y valiente aventura.
Ah, sí. Aquí nadie denigra a los elfos, ni caricaturiza a los magos o a los dragones, esto es fantasía en serio, no best sellers para aprendices de brujos.
Funke, Cornelia, El señor de los ladrones, Ediciones B, México, 362 pp., 2016. Colección B de blok.