jueves, 24 de febrero de 2011

El Niju kun, los 20 preceptos del Karate-Do, versión comentada 1

Hace unos meses, publicamos la lista de los 20 preceptos que desarrolló el maestro Gichin Funakoshi. Hoy, gracias al trabajo del equipo del Dojo "La sabiduría del guerrero", al cual nos sentimos honrados de pertenecer, los ofrecemos nuevamente pero comentados para su mejor entendimiento.
Esperamos que les sean útiles, pues cada uno de ellos es aplicable a la vida diaria, lo cual hace del Karate-Do una forma de vida muy espiritual, pues éste Arte Marcial, no sólo son puños y piernas.


EL LEGADO ESPIRITUAL DEL GRAN MAESTRO GICHIN FUNAKOSHI
Uno
空手道は礼に始まり礼に終る事を忘るな
Karate-dō wa rei ni hajimari rei ni owaru koto o wasuru na

NO OLVIDES QUE EL KARATE DO EMPIEZA Y TERMINA CON REI
Junto con el judo, y el kendo, el karate do es un arte marcial japonés representativo. Y como sus artes marciales hermanas, el karate do tiene que empezar como debe terminar: con rei.
Rei se define a menudo como respeto, pero en realidad significa mucho más. Rei abarca tanto una actitud de respeto por los demás como un sentido de amor propio. Cuando quienes se honran a sí mismo transmiten a otras personas esa sensación de amor propio (es decir, respeto), esta acción suya no es más que una expresión de rei.
Se dice que “sin rei hay desorden”, y también que “la diferencia entre los hombres y los animales radica en rei”. Los métodos de combate que carecen de rei no son artes marciales sino tan sólo violencia deleznable. La potencia física sin rei no es nada más que fuerza bruta, y carece de valor para los seres humanos.
También debe hacerse notar que, la conducta de una persona sea correcta. Sin un corazón sincero y reverente no poseerá verdadero rei. El autentico rei es la manifestación exterior de un corazón respetuoso.
Todas las artes marciales empiezan con rei. A menos que se practiquen con un sentimiento de reverencia y respeto, son meras formas de violencia. Por esta razón las artes marciales deben mantener rei de principio a fin.
Dos
空手に先手なし
Karate ni sente nashi

EN KARATE NO EXISTE PRIMER ATAQUE
El principio de conducta más importante en la vida diaria de un samurai era: “Una espada no debe sacarse imprudentemente”.Era esencial para el hombre honorable de la época soportar las cosas hasta el máximo de su capacidad antes de actuar. Sólo se desenfundaba la espada tras llegar al punto en que la situación resultaba intolerable. Era una enseñanza básica del bushido japonés (el Camino del Guerrero).
En karate, las manos y los pies pueden ser tan mortíferos como la hoja de una espada. Por tanto, el principio de que “en karate no existe primer ataque” es una ampliación del principio básico de los samuráis de que debe evitarse el uso temerario de armas. Pone de relieve la absoluta necesidad de paciencia y aguante.
Este principio también puede verse en las admoniciones establecidas por el maestro de karate Yasutsune Itosu, que dice así:
…cuando se hace necesario, uno no debe lamentarse perder su vida por su señor o sus padres, sacrificándose valerosamente por el bien común. Pero el karate (enseña que) el verdadero significado de esto no se aplica a luchar con un enemigo frente a frente. Por tanto, en el caso de que te aborde un matón o te desafié un alborotador agresivo, tienes que tratar de eludir asestarle un golpe mortal. Debes considerar como principio esencial que evitar lesionar a los demás con tus puños y tus pies es el asunto que más debe preocuparte.
Incluso en una situación de emergencia, hay que esforzarse por evitar asestarle un golpe fatal. Lo cual puede compararse a la práctica de golpear a un atacante con el contrafilo o el lomo de una espada en vez de con el filo. Es crucial dejar tiempo al adversario para recapacitar o arrepentirse de sus acciones.
Por otro lado, cuando circunstancias ajenas a su voluntad provoquen que los practicantes recurran a la acción, han de responder sin reservas y sin temer por su vida, dejando que resplandezca su destreza marcial al máximo de su capacidad. Este es, en efecto, el verdadero espíritu del budo (el Camino de las Artes Marciales) y es el espíritu correcto sobre el que se basa el segundo principio.
Muchos no consiguen comprender el verdadero significado que sustenta el segundo principio y aseguran que todo el budo se basa en el concepto de golpear primero. Lo más probable es que ni siquiera se den cuenta de que el carácter BU, “marcial”, se compone de dos caracteres que significan “para”, “detener” o “poner fin” y “alabardas” o “lanzas”. Por tanto un arte marcial detiene o pone fin al combate. De la misma manera, el carácter para “aguante” o “paciencia” es un ideograma derivado de la hoja de una espada que es sostenida y controlada por la mente o espíritu.
Sólo al afrontar una situación tan insoportable que se agote nuestra capacidad de tolerarla (o ponerle fin sin enfrentamiento) es cuando la espada debe sacarse de su funda o arrojarse la lanza al adversario. Éste es el verdadero espíritu del budo. No obstante, en el panorama más sombrío posible, cuando el combate sea inevitable, es adecuado tomar la iniciativa, atacando una y otra vez hasta lograr la victoria.
Tres
空手は義の補け
Karate wa, gi no tasuke

EL KARATE SE PONE DEL LADO DE LA JUSTICIA
Justicia es todo aquello que es correcto. Llevar a buen término la rectitud requiere verdadera fuerza y capacidad.
Los seres humanos se hallan en la plenitud de su fuerza cuando creen tener razón. La fuerza que proviene de la confianza de alguien que sabe que está en lo cierto se expresa mediante del dicho. “Cuando me examino y veo que tengo razón, ya me enfrente a mil a diez mil adversarios, he de seguir atacando denodadamente”. Evitar la acción cuando la justicia está en juego demuestra falta de coraje.
El karate es un arte marcial en el cual las manos y los pies son como espadas, y no debe emplearse injustamente ni indebidamente. Los practicantes de karate tienen que ponerse del lado de la justicia en todo momento, y sólo en situaciones en las que no haya otro remedio debe su fuerza expresarse mediante el empleo como armas de sus manos y sus pies.
 Cuatro
先づ自己を知れ而して他を知れ
Mazu onore o shire, shikashite ta o shire

CONÓCETE PRIMERO A TI MISMO, Y LUEGO A LOS DEMÁS
Cuando uno conoce al enemigo y se conoce a sí mismo, no se hallará en peligro en cien batallas. Cuando uno desconoce al enemigo, pero se conoce a sí mismo, las posibilidades de victoria o de derrota son parejas. Cuando uno no conoce ni al enemigo ni a sí mismo, todas y cada una de las batallas serán, sin duda, peligrosas.
-Sun Tzu, “Estrategia ofensiva”, El arte de la guerra.
Desde la antigüedad, este famoso pasaje ha circulado ampliamente entre quienes se entrenan en las artes marciales. En nuestros empeños, conocemos nuestras técnicas favoritas y nuestros puntos débiles. Pero en el combate, no sólo debemos ser bien concientes de nuestros puntos fuertes y de nuestros defectos, tenemos que comprender los de nuestro adversario. Entonces, incluso en cien enfrentamientos, el peligro es mínimo. Si nos conocemos a nosotros mismos, pero no conocemos a nuestro contrincante, la victoria o la derrota dependen del azar. Pero entrar en batalla sin conocer ni a nuestro contendiente ni a nosotros mismos es como lanzarse a la desesperada o dar palos de ciego, y todos y cada uno de nuestros combates nos pone en peligro.
Los practicantes de karate deben ser plenamente concientes de sus propias virtudes y defectos, y no dejarse deslumbrar ni cegar por el engreimiento o por el exceso de confianza. Entonces serán capaces de evaluar con calma y cuidado los puntos fuertes y débiles de sus adversarios, y de concebir una estrategia ideal.
Cinco
技術より心術
Gijitsu yori shinjitsu

EL ESPIRITU HA DE ESTAR POR ENCIMA DE LA TECNICA
Cierto día, el famoso maestro de espada del siglo XVI Tsukahara Bokuden decidió poner a prueba las capacidades de sus hijos. Primero llamó a su habitación a su hijo mayor, Hikoshiro. Cuando Hikoshiro abrió la puerta empujándola suavemente, notó que parecía más pesada de lo normal y, tanteando con la mano a lo largo del borde superior de la puerta, encontró y retiró un pesado reposacabezas de madera que había sido colocado allí; tras entrar en la habitación, lo volvió a poner cuidadosamente donde estaba.
Bokuden llamó entonces a su segundo hijo, Hikogoro. Cuando el desprevenido Hikogoro abrió la puerta empujándola, el reposacabezas cayó, pero lo atrapó con rapidez y lo volvió a colocar en el lugar en que se encontraba.
Luego Bokuden llamó a su tercer hijo, Hikoroku. Cuando Hikoroku, que superaba con mucho a sus dos hermanos mayores en capacidad técnica, abrió la puerta empujándola con energía, el reposacabezas cayó y le golpeó en el chonmaje (moño tradicional). Con una acción refleja, Hikoroku sacó la espada corta que llevaba en el cinto y cortó en dos el reposacabezas antes de que cayera al tatami que cubría al suelo.
Bokuden dijo a sus hijos, “Hikoshiro, has de ser tú quien trasmita nuestro estilo de espada. Hikogoro, si haces un gran esfuerzo y no abandonas, es posible que algún día llegues al nivel de tu hermano. Hikoroku, en el futuro seguramente provocarás la ruina de esta casa y deshonrarás el nombre de tu padre. Es inadmisible que alguien tan imprudente como tú siga en esta casa”. Y con esto, repudió a Hikoroku.
Esta historia ejemplifica el principio de que en artes marciales las cualidades espirituales son más importantes que la técnica. Aquéllas deben estar por encima de éstas.
Para ilustrar el principio de que “el espíritu ha de estar por encima de la técnica”, puede usarse otra famosa historia. Entre los discípulos de Bokuden había un hombre de extraordinaria destreza técnica. Caminando por la calle, este discípulo pasó junto a un caballo asustadizo que, de repente, le lanzó una coz, pero él giró hábilmente el cuerpo para esquivarla y evito la lesión. Los transeúntes que lo presenciaron decían: “Bien merece que se diga de él que es uno de los mejores discípulos de Bokuden seguramente le transmitirá sus secretos, aunque no se los pase a nadie más”.
Pero cuando Bokuden se enteró del incidente, se llevó una desilusión y dijo: “Le he juzgado mal”, y luego expulsó al discípulo de su escuela.
La gente no podía entender la manera de pensar de Bokuden y decidieron que nada podía hacerse aparte de observar cómo se comportaba el propio Bokuden en similares circunstancias.
Para ello, en una carretera por la que sabían que pasaría Bokuden engancharon a un carro un caballo de pésimo humor. Observándole de lejos a escondidas, se quedaron sorprendidos al ver a Bokuden evitar al caballo cruzándose al otro lado de la carretera.
Les pilló desprevenidos este resultado inesperado, y después, confesando su estratagema, preguntaron a Bokuden la razón de que hubiera expulsado repentinamente a su discípulo.
Bokuden respondió. “Una persona con una actitud mental que le permite pasar despreocupadamente junto a un caballo sin considerar que pueda encabritarse es un caso perdido, por mucha técnica que estudie. Creí que era una persona de mucho mejor juicio, pero yo estaba equivocado”.
Seis
心は放たん事を要す
Kokoro wa hanatan koto o yosu

DEBE DEJARSE LA MENTE EN LIBERTAD
Es esencial abandonar la mente [para liberarla]. –Shao Yung, filósofo chino del siglo XI.
El maestro zen Takuan da su interpretación de este principio en su libro Misterios de la sabiduría inmóvil, en el cual emplea los arcanos del Zen para explicar los secretos de la esgrima al maestro de espada Yagyu Munenori:
Existe una frase, “buscar la mente perdida”, pero hay también un dicho: “Es esencial abandonar [dejar en libertad] la mente”. El filósofo confuciano Meng Tzu [Mencio] habla de buscar la mente “perdida”; buscar la mente que se ha extraviado [distraído] a fin de que vuelva a su ser. Meng Tzu observa que, si se pierden nuestro perro, nuestro gato o nuestros pollos, trataremos por todos los medios de encontrarlos y volverlos a traer a casa. E indica, con toda la razón, lo escandaloso que resulta, entonces, que cuando la mente- deambula por el camino equivocado y se pierde, no hagamos intento alguno de encontrarla y devolverla a su ser.
A la inversa, Shao Yung sostiene que es preciso abandonar la mente. Shao Yung afirma: “Si uno ata la mente, como un gato a una correa, [la mente] perderá su libertad de movimientos. Usa bien la mente, dejándola que vaya con libertad adonde le parezca, sin apegarse a las cosas ni dejarse dominar por ellas”. Los principiantes a menudo mantienen sobre sí mismos un control demasiado férreo. Desconfían de la idea de abrirse y dejar que la mente vague a su antojo.
Pero a nuestra mente debe permitírsele que se mueva con libertad, aunque busque recovecos embarrados. La flor de loto no se mancha con el lodo en el que crece. Asimismo, un cristal delicadamente pulido que se deja en el barro es inmune a las manchas.
Gobernar la mente con rigor le priva de su libertad. Mantener nuestra mente dentro de estrechos confines puede que sea un hábito necesario para un principiante, pero hacerlo durante toda la vida nos impide elevarnos a un nivel, y tendrá como resultado una vida en la que quede sin explotar nuestro potencial.
Por tanto, durante nuestra formación, es mejor seguir la fórmula de Meng Tzu en las primeras etapas, pero después dar libertad a la mente siguiendo el camino establecido por Shao Yung.
 Siete
禍は懈怠に生ず
Wazawai wa ketai ni seizu

LA CALAMIDAD NACE DEL DESCUIDO
El descuido: un gran enemigo; las llamas brincan cada vez más alto.
-comentario en un juego de cartas japonés tradicional.
Esta amonestación puede aplicarse a muchas facetas de la vida. El noventa y nueve por ciento de los accidentes de tráfico se debe a descuidos. En el trabajo, una pizca de dejadez puede desbaratar una investigación y una preparación exhaustivas, provocando defectos o la imposibilidad de lograr los resultados previstos. Lo mismo cabe decir de la guerra, ya sea en una batalla entre ejércitos o en el combate individual. La preparación descuidada, o la negligencia absoluta, son fórmulas evidentes para el desastre.
Para evitar que nuestros esfuerzos “ardan en llamas”, debemos examinar constantemente nuestras acciones y ser prudentes respecto a nuestros métodos, siendo siempre conscientes de que “la calamidad nace del descuido”, de la falta de cuidado.
Ocho
道場のみの空手と思ふな
Dōjō nomino karate to omou na

EL KARATE NO SE LIMITA AL DOJO
 El objetivo del karate-do es pulir y cultivar el cuerpo y el espíritu. El cultivo del propio espíritu y de la propia actitud mental comenzando durante la práctica en el dojo (sala de entrenamiento) no debe cesar después de que terminen los ejercicios físicos y mentales de la jornada, sino que ha de continuarse fuera del dojo, en nuestra rutina diaria.
A la inversa, los efectos de la falta de moderación en la comida y la bebida, y otros hábitos perjudiciales para la salud, fuera del dojo pronto se trasladarán a la práctica en el dojo. Provocarán fatiga, tanto psíquica como física, haciendo imposible ni tan siquiera cubrir los objetivos de nuestro entrenamiento.
Ya sea dentro o fuera del dojo, los practicantes de karate deben proponerse siempre desarrollar y entrenar tanto su espíritu como su cuerpo.
Nueve
空手の修業は一生である
Karate-do no shugyō wa issho de aru

EL KARATE ES UNA ACTIVIDAD DE POR VIDA
No hay un solo punto que señale la terminación del entrenamiento en karate; siempre existe un nivel más elevado. Por esta razón, los practicantes deben continuar entrenándose durante toda su vida.
La verdadera senda de entrenamiento es una interminable carretera infinita. Haber aprendido simplemente todos los katas (ejercicios formales) y todas las técnicas de parada no constituye el verdadero entrenamiento, a menos que uno siga puliéndolos. Un pasaje del primer libro del Hagakure sostiene esta afirmación:
En una narración de un anciano maestro de espada dice que hay etapas para toda una vida de entrenamiento. En el nivel más bajo, aunque uno se entrene, no se producen resultados positivos y uno se tiene así mismo y a los demás en baja estima. En esta etapa uno no puede servir de mucha ayuda.
En la etapa intermedia, aunque todavía no puede servir de ayuda, al menos observa sus propios defectos y también puede reconocer deficiencias en los demás.
En el nivel superior, uno se da cuenta de lo que vale, enorgulleciéndose de sus logros, alegrándose mucho de los éxitos de los demás, y también sintiendo pena cuando otros fracasan. Tiene a los demás en alta estima. Para la mayoría de la gente, ésta es la etapa final.
Pero si uno trata de escalar el siguiente peldaño, se encuentra un camino superior. Si elige recorrer esta senda, finalmente llega a ver que en realidad no existe fin. Todas las ideas de haber llegado suficientemente lejos se desvanecen y logra conocer de verdad sus deficiencias. Vive todo lo que le queda de vida sin deseos de éxito mundano, no siente necesidad de enorgullecerse, ni tampoco por humillarse.
El señor Yagyu decía que no conocía la forma de derrotar a los demás, pero sí el modo de lograr la victoria sobre sí mismo – era ser mejor hoy que ayer, y mejor mañana que hoy – trabajando de esta manera día tras día, durante toda la vida.
Recorrer esta carretera interminable, hacerse mejor hoy que ayer, y después mejor mañana que hoy – durante toda la vida-, es una fiel imagen del Camino del Karate.
Diez
凡ゆるものを空手化せよ其処に妙味あり
Ara yuru mono o karateka seyo; sokoni myōmi ari

APLICA EL CAMINO DEL KARATE A TODAS LAS COSAS, ÉSA ES SU GRAN VENTAJA
Un golpe o una patada, asestado o encajado, puede significar la vida o la muerte. Este concepto constituye el alma del Karate Do.
Si todos los aspectos de la vida se abordan con este espíritu de circunspección, es posible superar todo tipo de problemas y desafíos.
Cuando los practicantes hagan frente a las dificultades con la actitud de que su vida está en juego, se les revelará lo que pueden hacer aprovechando sus propias capacidades. Llegarán a contemplar el maravilloso poder que proviene de pulir el espíritu y el cuerpo a través del Camino del Karate, y reconocerán la exquisita bondad de esta senda.

Tomado de: http://shotokandelvalle.com      La Sabiduría del guerrero.

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