Palabra de lector 41
Apocalipsis, profetas, el fin del mundo, anticristos… fue lo que estuvo en boca del mundo islámico y cristiano el año al que se le conoce como de la bestia, 1666. Fue cuando se incendió la ciudad de Londres, cuando se dio el famoso examen universitario de Juana de Asbaje, cuando Newton descubre de la dispersión de la luz y su espectro, cuando Leibniz publica su obra “Arte combinatoria”, y entre otras cosas, resulta que 1666, escrita con números romanos, contiene todos los caracteres con que se representaban dichas cifras: MDCLXVI.
Con este pretexto, Amin Maalouf, escritor de origen libanés, se lanza a la tarea de escribir una novela que aborda el tema, bajo el nombre de: “El viaje de Baldassare”. Lo que promete ser una agradable e interesante aventura literaria, termina en una novela más de los miles que pueblan el mundo de los Best sellers.
El texto gira en torno a un supuesto libro que contiene el centésimo nombre de dios (eso me recuerda a aquel fabuloso cuento de Ciencia ficción, sobre unos Lamas que compran una IBM para recopilar todos los nombres posibles del inmortal y al terminar de juntarlos…).
Hasta ahí va bien la cosa, pero luego aparece una guía bastante superficial del mundo. Para colmo de este escribidor, se dio demasiado espacio a los escarceos amatorios con diversas damiselas, y ahí ya valió madre la cosa.
Escrito en forma de diario, que nunca acabamos de entender las razones de ello, el libro deambula de aquí para allá, entre los hechos y las reflexiones del autor.
Promocionado como un libro que cuenta con muchos elementos de actualidad, la verdad es que ni es un viaje iniciático como promueven sus editores, ni mucho menos de reaprendizaje. Repito, es una navegación superficial de un tema que daba para mucho más.
En fin. Si a usted le gustan las obras melcochonas, con algo de acción y que el autor le narre cuántas ciudades ha visitado en su vida, adelante, y con ello, brinda al señor Maalouf su debut y despedida en su biblioteca personal, como obviamente hará este escribidor, a menos que alguien más sabio nos demuestre que sus otras obras son infinitamente mejores.
Es una lástima, porque el tipo no escribe mal, pero le falta mucha profundidad, al menos en este tema.
Saludos
PD. Tiene una portada muy bonita. “Vista interior del puerto de Marsella” (Detalle de Claude Joshep Vernet. Museo de la Marina. Paris.)
Maalouf, Amin, El viaje de Baldassare, Alianza Editorial, España, 485 pp., 2000. Traducción de Santiago Martín Bermudez. Colección: Alianza Literaria.
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