Palabra de lector 8
Y es que leer a estos grandes maestros no sólo es sumergirse
en las grandes pasiones humanas, sino también es reconocerles una capacidad
única para describir los paisajes y el mundo de una era que estaba por fenecer:
la de las grandes contradiciones del campo y la ciudad, que en la Rusia Zarista
llega a niveles de crudeza tan estrujante que a veces resulta insoportable para
los lectores sensibles.
Emergidos de una nación amante de las letras, principalmente
de la poesía y la narrativa, los escritores de este periodo explotaron el
romanticismo y el realismo como corrientes principales de sus obras. Ahí destacan
los dos más grandes escritores de su tiempo: Fiodor Dostoyevski con Crímen y
Castigo (1866) y Los hermanos Karamazov (1880), y León Tolstoi con Guerra y Paz
(1863-1869) y Ana Karenina (1877). Pero para esta entrega nos concentraremos en
otro tipo de obra de uno de ellos, Tolstoi: el relato.
Se trata de una hermosa edición de la editorial Alba que presenta casi todos los cuentos
escritos por Tolstoi a lo largo de su vida, con excepción de algunos por su
larga extensión, como La muerte de Iván
Illich, La mañana de un señor, y El billete falso o felicidad conyugal.
El autor nació en 1828, en Yasnaia Poliana, en la region de
Tula, Rusia. Proveniente de una familia de la alta aristocracia, tuvo una
juventud, digamos que algo disipada, la cual terminaría abruptamente cuando entró
en contacto con sus siervos, en sus propiedades del campo ruso, al ver las
condiciones tan terribles en las que sobrevivían los mujics (campesinos rusos).
Para Tolstoi, la literatura era el medio para exponer sus
ideas; por eso en casi toda su obra aparecen personajes autobiográficos, y por
ello es un narrador fascinante, predicador, moralista, pedagogo y a veces hasta
un charlatán. Tal vez esa sea la razón por la que mucha gente se acerca a Tolstoi
con sentimientos encontrados: se admira al artista pero se ponen barreras al
predicador, y sin embargo resulta muy difícil separarlos. Pese a ello, es muy
raro que un lector no sucumba ante el hechizo de sus textos.
León es un escritor cuyas tesis resultaban ser los ataques
más sistemáticos y contundentes que en ese momento se hacían a la civilización
occidental, a su hipocrecía, la inmoralidad y la criminalidad de las
instituciones públicas y sus gobernantes. No teme condenar violentamente las
transacciones basadas en el dinero, la violencia encubierta en las relaciones
sociales y entre las naciones; tiene un claro rechazo de la propiedad privada
sin llegar a las aún poco conocidas ideas comunistas, la injusticia en las
relaciones entre clases sociales, así como la violencia y explotación contra
los pobres y los campesinos.
Su obra se puede dividir en dos partes: una temprana,
marcada por la crisis y la denuncia de las injusticias, y la otra basada en un
cristianismo más cercano al pensamiento primitivo de los primeros cristianos y
muy lejos de las iglesias y sus personajes (un ejemplo lo encontramos de manera
humorística en el relato Los tres
eremitas, 1885).
Los relatos de Tolstoi fueron concebidos de tal manera que
cualquier hombre pudiera entenderlos y pueden llegar a ser, algunos de
ellos, reelaboraciones de leyendas o
cuentos populares, casi siempre de temas campiranos, donde por lo general se
ocupa de la revelación de la divinidad, de una experiencia mística.
Se dice que al final de su vida, Tolstoi le dijo a Máximo
Gorki: “Los héroes son mentiras, invenciones. No hay más que personas, seres
humanos; eso es todo.” En ese entonces estaba muy distanciado de su familia,
por lo que decide abandonarla y esperar su muerte en un retiro, y escapa con su
médico y discípulo Marivetski, el 10 de Noviembre
de 1910.
Sin embargo, cuatro días después sufre un ataque pulmonar
por lo que encuentra refugio en la casa del jefe de estación de trenes, de
Astapovo. Hasta allí llega su esposa Sofía para acompañarlo en sus últimos
momentos; sin embargo ella no entra a la habitación hasta después de su deceso
para no perturbar los últimos instantes del gran escritor, quien finalmente
fallece el 20 de Noviembre de 1910.
Del presente volumen y sin el afán de influir en sus preferencias,
me quedo con los siguientes relatos (en una selección harto difícil): Los tres eremitas, El diablo (1889-1899), Kornéi
Vasiliev (1905), Amo y criado
(1984-1895), El padre Sergio
(1890-1898) y Cuánta tierra necesita un
hombre (1885). Espero que lo disfruten como yo.
Tolstoi, León, Relatos, Alba
editorial, España, 618 pp., 2006. Selección, introducción, traducción y notas
de Víctor Gallego ballestero. Colección Maior, XXXIII.
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