jueves, 18 de enero de 2018

Después del banquete

Palabra de lector 49

Yukio Mishima. Así simplemente. Con su sólo nombre uno tiene la seguridad de que se enfrentará con una gran obra, con un texto de gran profundidad y una riqueza descriptiva que únicamente alcanzan los grandes maestros de la literatura.
Y no es para menos. No importa cuál sea la obra que uno devore. La riqueza de sus descripciones es de tal maestría que uno pude sentir, oler, palpar el objeto o la textura a la que se refiera. Lo mismo pasa con las sensaciones y, quizá lo más importante y lo que mejor manejaba el escritor, la forma en que es capaz de desnudar los sentimientos y sensaciones de sus personajes.
Cuando uno lee sus narraciones, prácticamente se sumerge en las entrañas de cada protagonista. Se puede vivir en cada párrafo las profundidades de la trama y captar la poesía con la que este autor era capaz de vestir sus historias.
No en balde el sensei Mishima es considerado uno de los más grandes escritores del Japón, junto con Yasunari Kawabata, y quien influyó grandemente en la prosa de otro famoso escritor nipón: Haruki Murakami.
Después del banquete es una historia de amor y ambición que narra la relación nada convencional, principalmente a los ojos occidentales, entre Kazu, una mujer independiente y dueña de un famoso restaurante, y un viejo diplomático, casado obstinadamente con ideas conservadoras y rígidas, el señor Yuken Noguchi. Una relación extraña que los llevará a un costoso final.
El relato también, como suele suceder en la obra de Mishima, pasa revista a las costumbres del pueblo japonés, en este caso a la vida urbana del Japón de la postguerra y particularmente a las ideas y modos de la gente mayor.
También, vistiendo el drama pasional de nuestros personajes, le dedica una buena parte del texto a la política, o más bien a los modos de hacer política en aquel país, con sus truculentas costumbres y la forma en que se lucha por el poder en esas lides, tan oportunas en los tiempos que vivimos en estos momentos.
Precisamente es esta circunstancia la que le da sabor al texto y nos indica muchas de las ideas que Mishima tenía sobre la nación y las políticas de su país. Recordemos que él concebía como un peligro la vuelta al occidente que Japón tuvo después de la Segunda guerra mundial y la consecuente pérdida de las tradiciones ancestrales del Japón.
Hay, en el fondo de la obra, una crítica y rechazo e estas nuevas ideas. Casi podríamos afirmar que el personaje de Noguchi nos brinda un atisbo de ese Mishima rabiosamente nipón.
Ese distanciamiento y rigidez de su personaje nos parecerá extraño cuando imaginamos el pensamiento sobre la vida cotidiana japonesa que tenía el autor. En fin, Después del banquete es uno de los mejores libros del sensei Mishima y una excelente entrada a su obra.
Hay que advertir que su lectura no es una labor sencilla, implica el compromiso de sumergirse en una obra profunda, que invita a la reflexión. En definitiva, no se trata de un best seller y sí un atisbo de la riqueza de la cultura del mundo del sol naciente.
Servidos.
Mishima, Yukio, Después del banquete, Alianza editorial, España, 259 pp., 2009. Traducción: Guillermo Solana.

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